15 mayo, 2013

UN ANHELO UNA VIDA DE MAESTRO



Un grupo de maestros, con libros bajo el brazo;
ojos vivos, sonrisa alegre, porte franco,
revelan con sencillo desparpajo,
una actitud valiente y talante osado.

Un paso al frente para orientarse,
luego a la escuela con amor ingresan.
Como ruiseñores de bullicioso canto,
un grito de pequeños que amorosos juegan...

Buscan su saber y en noches saldan
perdidos en su afán no consumado,
tras meses, años o lustros cargan
sus libros con ojos apagados.

Vedlos ahí pesarosos cuando acaba el día.
Su nostálgica sonrisa a quien los mira enoja;
ese rictus de dolor, angustia, melancolía,
hoy la desazón de formadores fija.

Son hijos de clase baja o media,
que del sol toman su bravura
de las estrellas su refulgente mitra,
de la noche copian su dulzura.

Los rizos de oro con infantil quebranto
quisieron en su cuerpo imprimir bravura,
unidos en juegos, dibujos con talento,
fraguaron en su esfinge de maestro la ternura.

El cansancio, el estudio, el hambre
Su incondicional entrega de noches sin anhelos
en el diario de su vida forma enjambre,
y en su cuerpo manifiesta con dolor certero.

Se agota el hombre y la sociedad reclama
de su saber aún gota a gota imprime.
¡Qué delirio!, ¡Qué virtud que inflama!,
¡Qué código de valores en un maestro se define!.

Pasan lustros, surgen canas,
de moho se llenan paradigmas.
Aquellos que demarcaron huellas,
de un quijote, para sellar enigmas.

Un soñador, un visionario de quimeras,
ante su virtud el intelecto se declina;
encarnando el saber con sabiduría,
amando la clase cual refugio de utopía.

Es el maestro que desgastado camina.
No reconozco en él su atlética figura.
Quien otrora lo amó hoy lo desdeña;
quien de él se sirvió en su lista no perfila,

Miradlo ahí, cual antítesis de valor y de belleza.
El ocaso de la vida en su mirada expresa,
ese querer, ese valor tan depurado,
de un humano que de batallas ya regresa.
 
Un simulacro quiso ser,
del Divino Maestro su armadura
y dirá un día con infausto placer:
¡Educadores amén!... seguid vosotros la tarea es dura.
 
Licencia Creative Commons
ASÍ ERES MI CAROLINA por Elvia Sepúlveda J. se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivar 4.0 Internacional.