19 noviembre, 2011

SALUD TIERRA ANTIOQUEÑA

Fue una época sencilla
tiempo de no olvidar.
Espléndidos montañeros,
sin chequera, sin celular.

Orgullo de esa época,
sus costumbres, el hogar.
Amor patriótico, religión,
el trabajo, mucho pan.

Tiempo de arrieros,
serenatas o aparecidos,
la ropa almidonada,
el culto dominical.



Muy a la usanza eran,
machete, carriel de nutria,
pantalón a la rodilla y ruana,
mantilla, faldón con pachuli.

Las damas lucen galas,
en el salón parroquial.
Secundado por el sacristán,
fija el párroco su sermón

Se lamenta el cura
de tanta incredulidad.
Necesario incensar,
primero su majestad

Asustado el niño dice:
¡Qué es eso mama!
Que va y que viene
¡Que jo y que guele!

Alarmada la madre dice
¡Callá la boca muchacho!
Es ese el incensario,
que jumea la ternilla a los santos

Entre nubes y arreboles,
exorciza el sacristán,
lanza carboncillos
a petición sacerdotal

 Gran fervor a la deidad.
Por doquier se escucha
Santo Santo sin cesar.
Cánticos se traducen,
¡Oh! bella antioqueñidad.


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ASÍ ERES MI CAROLINA por Elvia Sepúlveda J. se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivar 4.0 Internacional.