10 octubre, 2013

PATRIMONIO CAROLINITA


Invocar quiero a Carolina,
doscientos años atrás…
poblada por Nutabes.
¡Que pueblo!... Sin rival.

¡Fue tu oro gran divisa!..
¡Es tu agua un blasón!...
Primero fuiste en Claras,
Tu poder hecho un jirón.

Tierra de oro y leche,
semeja un altar.
Mucho bosque y agua.
La campiña veo palpitar.

¡Que imperio trazó España!
El rey ejerce tiranía,
explotación y abuso.
¿Dónde queda tu hidalguía?



Brindas tu riqueza y caudal.
gran patrimonio desde antaño.
¡Carolina fecunda madre!
Así el lucro forje engaño.


¿Qué hacer?. Aún vives.
La riqueza son tus gentes,
tus paisajes y región.
La virtud de tus mujeres,
la energía en tus hombres.
De tus montañas, altivez.

15 mayo, 2013

UN ANHELO UNA VIDA DE MAESTRO



Un grupo de maestros, con libros bajo el brazo;
ojos vivos, sonrisa alegre, porte franco,
revelan con sencillo desparpajo,
una actitud valiente y talante osado.

Un paso al frente para orientarse,
luego a la escuela con amor ingresan.
Como ruiseñores de bullicioso canto,
un grito de pequeños que amorosos juegan...

Buscan su saber y en noches saldan
perdidos en su afán no consumado,
tras meses, años o lustros cargan
sus libros con ojos apagados.

Vedlos ahí pesarosos cuando acaba el día.
Su nostálgica sonrisa a quien los mira enoja;
ese rictus de dolor, angustia, melancolía,
hoy la desazón de formadores fija.

Son hijos de clase baja o media,
que del sol toman su bravura
de las estrellas su refulgente mitra,
de la noche copian su dulzura.

Los rizos de oro con infantil quebranto
quisieron en su cuerpo imprimir bravura,
unidos en juegos, dibujos con talento,
fraguaron en su esfinge de maestro la ternura.

El cansancio, el estudio, el hambre
Su incondicional entrega de noches sin anhelos
en el diario de su vida forma enjambre,
y en su cuerpo manifiesta con dolor certero.

Se agota el hombre y la sociedad reclama
de su saber aún gota a gota imprime.
¡Qué delirio!, ¡Qué virtud que inflama!,
¡Qué código de valores en un maestro se define!.

Pasan lustros, surgen canas,
de moho se llenan paradigmas.
Aquellos que demarcaron huellas,
de un quijote, para sellar enigmas.

Un soñador, un visionario de quimeras,
ante su virtud el intelecto se declina;
encarnando el saber con sabiduría,
amando la clase cual refugio de utopía.

Es el maestro que desgastado camina.
No reconozco en él su atlética figura.
Quien otrora lo amó hoy lo desdeña;
quien de él se sirvió en su lista no perfila,

Miradlo ahí, cual antítesis de valor y de belleza.
El ocaso de la vida en su mirada expresa,
ese querer, ese valor tan depurado,
de un humano que de batallas ya regresa.
 
Un simulacro quiso ser,
del Divino Maestro su armadura
y dirá un día con infausto placer:
¡Educadores amén!... seguid vosotros la tarea es dura.
 

07 abril, 2013

MI DESTINO Y TU MIRAR


Llevo años advirtiendo
en tu vida y caminar.
Tu andar lo identifico,
tu figura, tu mirar.

Con los años ya no miro.
No es tu andar, no tu figura.
Tu vida un privilegio,
gran vínculo de amor.

Tu opción es ejemplar,
hoy integro tus valores.
Tu figura y mirar me animan.
¡Qué transmites, en ese andar!

Cada día enseñas algo.
¡Como llenas mi obrar!
¡Hoy traduzco tu ideal!
No camino, nunca miro. ¡Jamás!

No eres negación,
siempre afirmas mi ideal.
No quiero tener tu cuerpo,
solo ese tu pensar.

Amo tu caminar incierto,
Adoro ese tu mirar.
Tu lozanía ya ausente, pero…
¡No renuncio… no!. A tu pensar.

Es tu pensar quien te traduce,
tu mirar agota mi ansiedad
tu figura la quiero cerca.
¡Pero no me prives de tu hablar!
 
Con todo o sin él. ¡Te necesito!
Te amo. Mas prefiero no tenerte,
si  me niegas tu mirar,
si me privas de tu andar,

 

12 febrero, 2013

UN PUEBLO SUEÑA


Historia de un pueblo
enmarcado en leyendas.
Su alma es el tiempo,
con estirpe de abuelos 
y hazañas de amor.

 
Un valle entre crestas
con horizonte de luz.
Sueños de un pueblo 
arrogante, bravío,
campesino y viril.

Gestas centenarias,
luchas inconclusas.
Ancestrales demandas,
letargo de anhelos.
Así tus sueños y perfil.
 

En este pueblo reinas
oh Conchita amada.
Tu casa es tu santuario
oh divino Rafael.
Siempre venerados serán.

Balcones de ayer y hoy,
tu real linaje expresan.
Las ferias legendarias,
serán nuestra posesión.
Para ti pleitesía y adhesión.

Tu sello gran madre,
fecunda la tierra.
Vendido ayer tu oro blanco,
hoy solo arroyos y barrancos.
Aún sutil fluye en tus llanos.

¡Oh mi Carolina!
bicentenaria tu iglesia,
la escuela, tus calles.
¿Porqué cambia tu suerte?
Acaso… mi caro delinques
o… Desolada tropiezas.




















 
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ASÍ ERES MI CAROLINA por Elvia Sepúlveda J. se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivar 4.0 Internacional.